Anís del Mono
El Origen
La historia de Anís del Mono comienza a
finales del siglo XIX y está construida de anécdotas y de inspiraciones
llegadas de distintas partes del mundo.
La primera de ellas es el origen de su
nombre: Vicente Bosch, el creador de Anís del Mono, recibió en una ocasión como
regalo de negocios un simpático monito proveniente de América, el cual acabó
bautizando a la marca.
La historia que inspiró al diseño de la
botella fue bastante más romántica. El propio Bosch andaba buscando un regalo
especial para su mujer y fue en la plaza Vendôme de París donde encontró el
perfume perfecto y, en él, la inspiración para su botella de corte adiamantado
que se ha convertido en estándar de la categoría.
La etiqueta de la botella también
encierra algunas curiosidades que hacen de ella todo un símbolo de identidad,
como el error ortográfico de “destillación” y que todavía hoy se mantiene. Pero
quizás lo más significativo sea el rostro del propio mono: sus rasgos
humanoides están basados ¡en el mismísimo Charles Darwin! Sin duda un guiño al
debate de aquella época sobre la teoría de la evolución.
Hogar dulce
hogar
La Fábrica de Anís de Mono en Badalona
es una joya modernista que se ha conservado por su valor artístico y
patrimonial. Desde la sala de destilación donde se elabora artesanalmente el
anís, hasta el archivo conservan todo el sabor de una época.
El 7 de julio de 2012 se inauguró en el
paseo marítimo de Badalona, una estatua en honor de Anís del Mono: un mono de
200 kilos y esculpido en bronce.
Pero esta historia no acaba aquí y se
vuelve todavía más dulce… Porque en la V Edición del Concurso a la Mejor
Especialidad Pastelera de este mismo año los alumnos de la escuela de
pastelería de Barcelona replicaron la estatua ¡en chocolate! ¿No es una chocomonada?
Toda una
estrella
La vena artística de Vicente Bosch no se quedó ahí: en 1897 convocó el primer concurso de carteles de España, que ganó Ramón Casas, en 1913 logró que Anís del Mono tuviera el primer cartel luminoso de la Puerta del Sol, y en los años posteriores, contempló con orgullo cómo artistas de la talla de Juan Gris o Picasso se inspiraban en su marca para hacer algunas de sus obras.
Décadas después su popularidad llegó ¡a la gran pantalla! Tuvo su estelar aparición en famosas películas como Donnie Brasco, compartiendo pantalla con Johnny Depp, y, años más tarde, en la galardonada con el premio Goya No habrá paz para los malvados.
La vena artística de Vicente Bosch no se quedó ahí: en 1897 convocó el primer concurso de carteles de España, que ganó Ramón Casas, en 1913 logró que Anís del Mono tuviera el primer cartel luminoso de la Puerta del Sol, y en los años posteriores, contempló con orgullo cómo artistas de la talla de Juan Gris o Picasso se inspiraban en su marca para hacer algunas de sus obras.
Décadas después su popularidad llegó ¡a la gran pantalla! Tuvo su estelar aparición en famosas películas como Donnie Brasco, compartiendo pantalla con Johnny Depp, y, años más tarde, en la galardonada con el premio Goya No habrá paz para los malvados.
Dando la nota
La de Anís del Mono es sin duda la
botella más sonada de la historia. Su cristal adiamantado hacía un ruido tan
curioso que con él nació una de nuestras tradiciones navideñas más conocidas:
rascar la Botella de Anís. Durante más de un siglo, abuelos, padres, madres,
hijos y nietos la utilizaron ¡como instrumento musical!
El año pasado, este mítico instrumento
navideño rejuveneció: nació así Monomusic, una aplicación para Smartphone que
ha recuperado la tradición de rascar la botella de anís pero ahora también en
el móvil.
Así que yo conocía
anís del mono desde hace ya muchos
años que se viene utilizando en mi cocina, anís del mono se comprometió a hacerme
un regalo. Este fue el detalle que tuvo conmigo, quede encantada…
Y en honor a anís el mono ya que es un privilegio
tenerlo en mi cocina, hice estas ricas roscas caseras que os presento a
continuación, y que seguro os van a gustar.
12 huevo
500 gr. De azúcar
Cascara de
naranja y de limón
1 vaso de
leche
1 vaso de
aceite
½ medio vaso de aní el mono
½ de
levadura
Ralladura de
limón y naranja
Harina
Se baten
las claras a punto de nieve con el azúcar, la yema con el aceite templada de a ver
frito la cascara de naranja, se añade la leche y el anís el mono y se junta con la clara y después la levadura y la ralladura
de limón y de naranja. Por último la harina (la que admita). Se amasa y se hace
la rosca, y se deja reposar 1 hora y se fríen.
Y después
de fritas se pasan por azúcar.
Y ustedes,
¿os ha gustado y habéis disfrutado? Me quedaron buenísimas y muy esponjosas, no es por halagarme, pero en mi casa gustaron a toda mi familia (volaron) jeje.
Para más información esta es
su web http://www.anisdelmono.es/ para que podáis
visitarla, adquirir recetas e ideas y muchas más cosas que os sorprenderán.
Muchas gracias
por su amable colaboración, un beso J
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